¡Un consejo!
Si alguna vez necesitáis esconder un secreto, no se os ocurra guardarlo en el
libro de matemáticas… por lo que le pasó a Miguel y que a continuación
descubriréis!
Miguel pensó que en ningún sitio podría
estar mejor guardado su secreto que en el libro de matemáticas. El libro de
historia puede resultar entretenido, por relatar hechos y acontecimientos pasados,
o contener hermosas leyendas. El libro de lenguaje, a pesar del rollo de la
ortografía o la sintaxis, a veces contiene cuentos y poesías muy interesantes.
Incluso el libro de ciencias naturales está repleto de fotografías curiosas que
asombran por su belleza y nos explican los misterios de la naturaleza. Pero el
libro de matemáticas… ¿a quién se le puede ocurrir abrir un aburridísimo libro
cargado de números y más números, fórmulas complejas y problemas extrañísimos,
tan difíciles de resolver como para volverse loco?
Así pues, durante casi todo el curso
sus secretos estuvieron la mar de seguros. Pero, cuando a finales de junio
llegaron las notas… ¡¡¡un suspenso en mates!!!, la cosa
cambió por completo.
Papá y mamá discutieron muchísimo. Mamá
prefería que Miguel acudiese durante las vacaciones a una buena academia, donde
le ayudarían a estudiar. Sin embargo, papá se negó alegando que él se sentía
capaz de ayudar a su hijo…
- Al fin y
al cabo –decía- a mí nunca se me dieron mal las matemáticas cuando estaba en la
escuela.
Después
de leer el diari… digo… el libro de mates, papá cambió de opinión. En aquellas
páginas se planteaba un problema demasiado difícil de resolver.
En
la cena, papá anunció:
- Miguel
hijo, tu madre y yo hemos decidido llevarte este verano a una buena academia
para que te ayude en tus estudios.
- Pero…
-intentó contestar mamá.
- ¡Nada de
peros mujer, está decidido! –cortó tajante su marido-. ¡El niño necesita
disciplina y una buena academia es lo mejor!
Papá aún le da vueltas al dichoso
problema planteado en el libro de matemáticas de su hijo: Si Miguel está
enamorado de una tal Marta ¿por qué la chica no le hace caso? ¿Qué
puede hacer su hijo para que ella se fije en él? ¿No habrá otra chica de la que
pueda enamorarse?...
¿Por
qué los libros de matemáticas son siempre tan difíciles y nunca traen la
solución a los problemas?
Texto: Juan Ángel Parejo Sosa
Dibujo: Juan Ángel Parejo Hernández
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